Un millón y medio de personas ya lo ha visto en Internet y muchas otras se preguntan si no cambiará para siempre la manera de hacer campaña electoral en Estados Unidos. El objeto de tanta atenciones es Vote different, un vídeo publicado en el sitio web YouTube que retrata a Hillary Clinton en el papel del Gran Hermano, el personaje creado por George Orwell en la novela 1984, y que apoya a Barak Obama, otro candidato a las primarias demócratas para las elecciones presidenciales de 2008. La persona que lo ha publicado con el apodo de ParkRidge47 ha querido mantener el anonimato, mientras que Obama ha negado su relación con el clip.
La grabación es un remake de muy buena calidad de una publicidad del año 1984 de Apple, que a su vez se basaba en 1984 de Orwell. En esta última versión se puede ver como a través de una mega pantalla Hillary Clinton da una charla a una audiencia hipnotizada y en uniforme. Las imágenes son extractos de discursos reales de la candidata. Mientras las tomas retratan alternativamente a Clinton y a su público, aparece la figura de una chica que corre hacia la pantalla perseguida por unos guardias. La chica lleva un mazo en las manos y la arroja contra la pantalla que acaba hecha pedazos. "2008 no será otro 1984" . Entonces aparece el mensaje: “El 14 de enero empezarán las primarias del partido Demócrata. Y verás por qué 2008 no será otro 1984”. Acto seguido el anuncio se difumina y emerge un logo de colores con forma de 'O', que recuerda el de Apple, con la dirección del sitio web de Barack Obama.
En opinión del experto de medios de comunicación del Washington Post Howard Kurtz, entrevistado por CNN, "esto es un cambio histórico desde un mundo en el que algunos medios importantes controlaban la comunicación a un juego en el que todos pueden participar".
(El País, edición digital, 21/3/2007)
1984 OBAMA Y CLINTON: La democratización de la campaña presidencial
SPOTS TELEVISIVOS Y PUBLICIDAD NEGATIVA: Lyndon Johnson - Daisy
El papel de los anuncios políticos en televisión tiene un punto de inflexión con la campaña de reelección del presidente Johnson. Hasta entonces los spots de publicidad política por televisión de Eisenhower o Kenney habían consistido en una adaptación de los noticiarios mostrando la actividad electoral de los candidatos, apoyándose en un eslogan. Sin embargo, la primera generación de spots de propaganda negativa tiene su ejemplo más destacado en el célebre anuncio de Johnson contra Goldwater con la amenaza atómica. El candidato republicano conservador Goldwater parecía decidido a terminar la Guerra de Vietnam con el uso de armas nucleares. Basándose en el tema de la "bomba" Johnson lanzó durante la campaña el conocido anuncio "Daisy", obra de Tony Schwartz, un discípulo de McLuhan, en el que se yuxtaponen la cuenta atrás de una niña contando los pétalos deshojados de una margarita y la cuenta atrás para la explosión de la clásica nube con forma de hongo de una bomba atómica. El spot apelaba a la posibilidad real que temían los votantes de que Goldwater utilizara las armas nucleares. Dick Morris describió a Schwartz como un "genio solitario".
Otro ejemplo de manual es la alusión a la política penitenciaria de Bush contra Dukakis en 1988. En España uno de los ejemplos más famosos es el spot del PSOE en las elecciones generales de 1996 en el que comparaba al PP con un perro doberman. La estética en blanco y negro y seudo-nazi completaban el spot.
OUTSIDERS
Los “outsiders” son candidatos con estilos y discursos antipartidistas, que aspiran a la presidencia y que participan en las elecciones sin el apoyo de un importante partido nacional o que han desarrollado sus carreras políticas fuera de los tradicionales canales partidarios. Los ejemplos de Fujimori y Ollanta Humala en Perú, Collor de Melo en Brasil ("un presidente televisivo que flota sobre un Congreso de partidos volátiles", por recoger la expresión de Giovanni Sartori), Chávez y Caldera en Venezuela, Lucio Gutiérrez o Correa en Ecuador, Bordón en Argentina, Max Fernández en Bolivia, Aristide en Haití, Noemi Sanín en Colombia, Ross Perot en Estados Unidos, Chung Ju Yung en Corea, Estrada en Filipinas, Ravalomanana en Madagascar, Lebed en Rusia, e, incluso, el desconocido Tyminski en Polonia -que obligó a ir a la segunda vuelta de las presidenciales a Lech Walesa en 1991- son elocuentes.
INTERNET: LA REVOLUCIÓN NO SERÁ TELEVISADA (Howard Dean y Joe Trippi)

LA TELEVISIÓN: Nixon vs Kennedy, 1960 Presidential Election
Los debates en televisión han constituido un elemento trascendental en el decantamiento de algunas elecciones presidenciales. El ejemplo paradigmático, el locus classicus, de la influencia de la televisión es la elección presidencial norteamericana de 1960. En sus memorias Richard Nixon reconoce que no concentró sus esfuerzos en la preparación del debate crucial y que ese mismo día accedió a comparecer en otros actos, como una convención de la Unión de Carpinteros, con auditorios muy duros. Nixon apareció cansado en el momento determinante e, incluso, confiesa que cometió la torpeza de no dejarse maquillar para disimular las bolsas que se habían formado bajos sus ojos y la sombra de la barba en sus mejillas. El contraste entre oradores enérgicos, relajados y en óptimas condiciones frente a oponentes exhaustos por la pésima programación de numerosos actos menores interfiriendo su preparación para los debates decisivos queda bien reflejado en este ejemplo histórico.
ELECCIONES PRIMARIAS
EL EFECTO "SPOILER"
El efecto de “esquiroles” (spoilers) de los partidos menores que participan en la contienda puede tener consecuencias decisivas en una elección presidencial bajo la fórmula de la mayoría relativa. Un “spoiler” es un candidato sin posibilidades reales de vencer en la contienda pero cuya presencia en la misma puede condicionar el resultado final de la votación, al detraer votos desproporcionadamente de uno de los candidatos con verdaderas opciones. Un claro ejemplo es la reciente elección presidencial en México en julio de 2006, resuelta con un estrechísimo margen a favor del candidato panista Felipe Calderón tras un prolongado recuento y una más grave crisis política por el no reconocimiento del resultado por el candidato perdedor, Andrés M. López Obrador. Resulta plausible sostener que, en este caso, el porcentaje de voto final recibido por Patricia Mercado, ante lo ajustado de la intención de voto apuntada por las encuestas y sondeos previos, hubiera podido decantar la elección para el candidato perdedor.
Observen la presentación de la candidata en el segundo debate presidencial como un caso típico del posicionamiento de los candidatos menores ante las apelaciones de los candidatos princiaples al voto útil.
SPOTS EN CAMPAÑAS ELECTORALES PRESIDENCIALES DE ESTADOS UNIDOS
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